UNA NECESIDAD LABORAL
Por
cierto, trabajar en el mundo de las carencias es, sin duda, un trabajo
normalmente estresante, aún cuando tiene hermosas satisfacciones. Uno
está enfrentado a realidades duras y a personas que sostienen sus vidas
desde la dificultad para sobrevivir. A veces, debemos intervenir en
situaciones realmente dramáticas, comola violencia intrafamiliar,
el abuso sexual, la delincuencia juvenil o la amenaza o violación de
derechos, sobretodo cuando esta se ejerce sobre los niños, niñas o
adolescentes. Por ello, el contacto con estas situaciones, es muy
impactantes para el interventor, es decir, nosotros. Así, nuestra
cotidianeidad laboral nos va generando lenta y, a veces,
imperceptiblemente un evidente desgaste psicológico y, porque no
decirlo, moral. Lo anterior, nos sugiere, categóricamente, una revisión
de nuestras capacidades y estados emocionales
para enfrentar esta dura lucha por atender a los más necesitados. De
aquí que se ha implementado el concepto de autocuidado como una forma de
apoyar el trabajo de intervención en nuestros programas.
Por
Autocuidado entenderemos, entonces, que es un espacio protegido, en
donde los equipos de trabajo se reúnen con la finalidad de exponer y
socializar las situaciones que les han generado molestias, estrés,
angustias, desgaste psicológico o moral o, en general, desagrados que
les tienen inquietos o preocupados, proveniente de las prácticas de la
intervención. Es en esta instancia donde los equipos, con una
periodicidad de uno a dos meses o los que sean, dependiendo de los
niveles de ansiedad, detectados por la jefatura, deben reunirse para
acceder al autocuidado. En ese espacio, socializar es bueno y necesario
como registrar la información vertida también lo es; registro que ayuda a
encontrar claves de saneamiento que sirvan al grupo, usadas en
situaciones vividas anteriormente. De esta forma, el grupo de trabajo
pasa, casi sin notarlo, a ser un verdadero terapeuta de si mismo o, a lo
menos, se constituye en un espacio catártico, que de todas formas
alivianará la carga de estrés o de lo que sea de sus integrantes.
Por
cierto, que esta modalidad no está ajena a la incorporación de un sano
momento de esparcimiento, cuyas características las define el propio
grupo. Sin embargo, no es posible confundir este espacio de distracción
con el autocuidado. Si bien es cierto que un momento de relajo sirve
para eliminar tensiones personales de cualquier índole, no podemos
olvidar que el Autocuidado es un espacio de trabajo y, de ahí, que se
debe abocar principalmente a su cometido. Obviamente, si la función
básica esta cumplida entonces no hay ningún problema en adicionarle un
merecido regocijo.
Finalmente,
se indica que la no realización de un autocuidado en un mes cualquiera
no implica acumulación de autocuidado a futuro, estos se harán cuando
las necesidades y la jefatura lo estimen necesario.
Fuente: Corporación Ideco -http://www.corporacionideco.cl/descarga.asp?archiv=administrator/archivos/Autocuidado_Mayo2007.pdf
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